Como es sabido, cuando una técnica se pone a punto en un animal doméstico o de laboratorio, sólo es cuestión de tiempo y dinero el que pueda ser aplicada a humanos. Esta perspectiva es la que, obviamente, ha despertado esa mezcla de fascinación, ansiedad y temor en la opinión pública. El ciudadano actual percibe los adelantos científicos con cierta ambivalencia: si bien reconoce como positivos el avance del conocimiento y del bienestar, es igualmente consciente de que pueden acarrear problemas ambientales, y amenazar valores y creencias importantes para la cohesión social.
La clonación aún no ha llegado a hacer réplicas humanas por completo, pero cada vez se habla más al respecto. Desde científicos y teólogos a locutores de radio y abogados han discutido los aspectos religiosos, éticos y legales que implica clonar a un ser humano. La noción de la clonación toca aspectos fundamentales de nuestra humanidad. Abarca conceptos de identidad e individualidad, el significado de la reproducción, la diferencia entre procrear y manufacturar y las relaciones entre generaciones. También despierta preguntas sobre la manipulación de seres humanos para el beneficio de otros, nuestra obligación de curar a los enfermos (y sus límites) y el respeto y protección que le debemos a la vida humana.
En primer lugar uno debe deshacerse de las ideas planteadas por la ciencia ficción. Un clon humano no sería un cascarón vacío como los vistos en "El sexto día" o "Multiplicity", sino que requiere del mismo proceso de gestación y desarrollo que toda persona.
En primer lugar uno debe deshacerse de las ideas planteadas por la ciencia ficción. Un clon humano no sería un cascarón vacío como los vistos en "El sexto día" o "Multiplicity", sino que requiere del mismo proceso de gestación y desarrollo que toda persona.
La criatura clonada nacerá normalmente y tendrá un ADN virtualmente idéntico al de su donante, pero esto no implica que vaya a ser una réplicaexacta de todos sus aspectos. Es difícil determinar posibles diferencias en animales, pero sabemos que los seres humanos no estamos completamente definidos por nuestros genes. Nuestra personalidad está formada por nuestro entorno y experiencias, por lo que un clon humano sería una réplica genética, pero sus rasgos personales dependerían de sus propias experiencias y aprendizaje. El clon no tendría los mismos deseos e intereses, los mismos tics, los mismos miedos ni los mismos gustos. Su único parecido estaría en sus genes y apariencia, el resto dependería de la enseñanza que reciba y los estímulos externos. En resumen, sería como un hijo natural que en vez de contar con los cromosomas mezclados de su padre y madre tendría el ADN exacto de su donante. En ese caso, ¿por qué clonar a un bebé cuando la reproducción natural es tanto más fácil y normal? Las razones son varias, algunas aceptables y otras no tanto.
¿Cuáles serían los problemas a los que podría enfrentarse dicho clon? En principio, un problema de identidad e individualidad enrevesados con una ambigua relación familiar además de que los hijos clonados podrían empezar a verse como productos manufacturados (llegando a niveles de comercialización de donantes) y probablemente sería inevitable comenzar a ejercer un control genético en busca del humano perfecto según los antojos de cada cual.
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